Todos sabemos que podríamos evitar que una fruta se dañe o que una hogaza de pan se vuelva dura, o ni siquiera comer esas sobras que hemos guardado con cuidado en el refrigerador.
Entonces, todos entendemos el problema a un nivel personal. Sin embargo, lo más difícil de entender es lo mucho que aumentan nuestros desperdicios individuales.
Aproximadamente un tercio del alimento producido en el mundo para el consumo humano cada año (alrededor de 1.3 mil millones de toneladas - se pierden o desperdician.
En los países en desarrollo, ese desperdicio puede con frecuencia ser causado por problemas en el proceso de producción o por una carencia de instalaciones de almacenamiento.
En los países más ricos, el problema está al final de la cadena de suministro: el problema somos nosotros. Nosotros desperdiciamos alrededor del 30% de todos los alimentos que compramos.
Cada año, los consumidores en países ricos desperdician casi tanta comida (222 millones de toneladas) como toda la producción neta en África subsahariana (230 millones de toneladas).
Tip: Ubica la nueva comida en la parte trasera de la nevera para consumir los alimentos más viejos.
El costo es elevadísimo. El agua gastada para el cultivo de las cosechas, los fertilizantes y los combustibles usados en la producción y transporte, así como los gases de efecto invernadero liberados cuando la comida se pudre en los vertederos. Y esto, antes de incluso considerar, el dinero que estamos gastando en comida que nunca usamos.
A continuación, 10 maneras de abordar el problema.
1 Planifica cuando haces mercado
Parece sencillo (y lo es) pero esto es lo más importante que puedes hacer. Cuando compras comida, no compres demasiada.
Planifica tus comidas de la semana y haz una lista de compras detallada con los ingredientes que necesitarás. Compra sólo aquello de tu lista.
2 Familiarízate con tu refrigerador
Ya sea que almacene ingredientes o restos de comida, el refrigerador puede ayudarte a reducir los desperdicios de comida. Congela los excedentes de frutas y vegetales cuando estén en temporada, congela el pan y otros alimentos que acumulas lentamente.
Prepara y cocina productos perecederos, deja los productos congélalos para su uso posterior.
3 Aprende la diferencia entre "fecha límite de venta", "caducidad" y "fecha mínima de caducidad"
Hemos desarrollado un hábito derrochador cuando comprendemos las fechas límites de venta como la fecha para botar la comida si no ha sido consumida. Incluso las fechas de caducidad y la mínima de caducidad no son definitivas.
El Servicio de Inspección y Seguridad del Departamento de Agricultura de Estados Unidos indica (excepto la fórmula infantil), que si la fecha de caducidad ha pasado durante su almacenamiento en casa, entonces un producto debería ser todavía seguro y saludable si es manipulado adecuadamente hasta que su descomposición sea evidente. Indica que "los alimentos descompuestos generarán un olor, sabor y textura rancios debido a la descomposición natural de las bacterias. Si un alimento ha desarrollado tales características de descomposición, no debería ser consumido. Obtenga más información sobre cómo tener alimentos seguros.
4 Almacene alimentos en el lugar correcto
Guardar comida a la temperatura correcta puede aumentar su vida útil. Heart.org describe dónde puedes colocar tus frutas y vegetales para que duren más.
Una vez que has determinado cuáles alimentos necesitan ir al refrigerador, entiende cuál es su mejor lugar en el refrigerador. De nuevo, esto ayudará a extender la vida útil de sus alimentos frescos.
5 Cocine más de una comida a la vez
Hacer varias comidas a la vez ahorra energía, agua y tiempo. Tener comidas preparadas esperando en al refrigerador también reduce enormemente la tentación de recurrir a una comida para llevar o a comprar otra comida no planeada.
6 Control de las porciones
Por más aburrido que parezca, esto es importante. Al controlar la cantidad de comida en tu plato, no sólo te limitas el número de calorías que estás consumiendo, sino también limitas la cantidad de alimento que desperdicias.
Comienza con una porción pequeña y sírvete una segunda porción si lo deseas.
7 Conoce lo que tienes
Revisa lo que hay en tu refrigerador. Muchas cajas bien intencionadas de restos de comida se asoman en la parte trasera para ser redescubiertas cuando ya están muy dañados.
Un refrigerador ordenado significa que puedes ver lo que necesita comerse pronto y cuáles ingredientes tienes que comprar o no en la tienda. También, asegúrate de colocar nuevas provisiones en la parte de atrás de modo que te comas primeros los alimentos que llevan más tiempo guardados.
8 Dona a los bancos de alimentos
Si notas que tienes demasiada comida, considera donarla a alguien que la necesite. Podría ser un vecino, un familiar o un banco de alimentos local. Los alimentos nutritivos, seguros e intactos puede ser una gran ayuda para quienes los necesitan.
9 Abono con los restos de comida
En vez de botar la comida en la basura, conviértela en abono. Así se convertirá en un fertilizador rico en nutrientes en vez de descomponerse en el vertedero.
Pero crear abono debería ser un último recurso. La Agencia de Protección Ambiental de Estados tiene una jerarquía de recuperación de alimentos sobre cómo usar nuestra comida, indicando primero que deberíamos reducir el desperdicio que creamos, luego donar comida, intentar alimentar el ganado, usar el desperdicio para energía industrial y luego crear abono.
10 Lleva una lista de tu basura
Para ayudar a reducir tus desperdicios de comida, lleva un registro de lo que botas cada semana. Te sorprenderá cuánto se acumula y puede indicar patrones de compras excesivas.
Al final, ahorrarás dinero y contribuirás reduciendo los desperdicios de comida.